Las zanahorias están presentes en diversos formatos, tanto en recetas, como en otras preparaciones de uso cosmético. Descubre con nosotros por qué son tan saludables.
Las zanahorias
La zanahoria es una hortaliza de consumo regular a nivel mundial. Se puede consumir de diversas formas, incluso crudas, y tanto su textura como su sabor, resultan muy agradables al paladar.
Desde que se esparció el rumor de que las zanahorias contribuían a tener una excelente vista, durante la Segunda Guerra Mundial, se ha insistido en el hecho de que estas hortalizas tienen un efecto sobre la salud visual. Por ello, se han realizado varias investigaciones científicas acerca de sus propiedades y beneficios.
A continuación, te comentaremos más respecto a los beneficios de este alimento y por qué deberías incluirlo en tu dieta con mayor regularidad para aprovecharlos al máximo.
Las propiedades de la zanahoria
Las zanahorias son ricas en nutrientes varios. En especial, en vitamina A y carotenoides. Ahora bien, también son una fuente de minerales como: el potasio, el fósforo, el magnesio, el yodo y el calcio; y, por otra parte, vitamina B3 (niacina), vitaminas E y K y folatos.
Salud de la vista
Dichos nutrientes actúan en el organismo de diversas maneras, por ejemplo, el betacaroteno actúa como un compuesto antioxidante que se transforma en vitamina A. Esta vitamina en particular, también conocida como retinol, ayuda a promover el buen funcionamiento de la retina humana. Adicionalmente, esta vitamina ayuda a ver mejor cuando hay poca luz.
La falta de vitamina A en el organismo puede llegar a ocasionar una enfermedad ocular llamada ‘xeroftalmia’, la cual se caracteriza por la sequedad de la membrana conjuntiva y opacidad de la córnea. Si bien se trata de un caso extremo, viene a darnos una idea acerca de la importancia de contar con vitamina A en el organismo.
Salud de la piel
Las vitaminas A, B y C, en conjunto con otros nutrientes, como los flavonoides, ayudan a que la piel tenga la capacidad de curarse con mayor facilidad en caso de lesión externa y a mantenerse sana.
Los alfa y betacarotenos que contiene la zanahoria también viene a ser nutrientes sumamente beneficiosos para la salud de la piel, puesto que se convierten en un antioxidante que ayuda a:
Combatir la acción de los radicales libres (que son moléculas que promueven el deterioro de las células y, por ende, el envejecimiento).
Reducir la inflamación en caso de lesión.
Acelerar el proceso de curación de la piel lesionada.
Por su parte, la vitamina E promueve la formación de fibras elásticas y colágenas del tejido conjuntivo y, a su vez, combate la acción de los radicales libres. En consecuencia, actúa como antioxidante que, en suma, ayuda a mantener la elasticidad y tersura de la piel.
Salud del sistema digestivo
La zanahoria es una hortaliza con alto contenido de agua, por ende, supone un buen aporte de fibra. Esto le confiere propiedades digestivas muy importantes para la salud del sistema digestivo.
Se ha comprobado que, al comerla, la zanahoria aumenta la producción de saliva y, también, de los jugos gástricos que intervienen en el proceso de la digestión. A su vez, ayuda a prevenir la acidez estomacal, la formación de úlceras así como mantener en buen estado la flora intestinal.
Cuando se consume cruda, es capaz de aumentar los movimientos intestinales y de combatir el estreñimiento. Esto se debe a que contiene pectina. Sin embargo, cuando si se consume cocida, se potenciarán los componentes astringentes de la zanahoria, los cuales son convenientes en caso de diarrea.
En conclusión
La zanahoria es un alimento muy completo que conviene incluir más a menudo en la dieta. Por supuesto, no es necesario exagerar. No hay que olvidar que todo exceso puede llegar a ser perjudicial para la salud. En este sentido, la moderación es la clave del éxito.