Las lágrimas cumplen una importante función biológica y están estrechamente vinculadas a nuestro estado emocional. Llorar es beneficioso porque nos permite expresar sentimientos y genera bienestar.
Que son las lagrimas
Las principales razones por las que derramamos lágrimas, además de mantener la humedad de los ojos o como reacción ante una agresión externa, son las alteraciones del ánimo.
Las lágrimas, excretadas por la glándula lagrimal, cumplen una importante función biológica: mantener los ojos hidratados y protegerlos contra las infecciones, ayudando a eliminar residuos y cuerpos extraños. Pero, además, las lágrimas tienen un estrecho vínculo con nuestro estado emocional; llorar nos permite expresar sentimientos intensos, desde la tristeza y la angustia a la alegría, y actúa como un bálsamo reparador que genera relajación y bienestar.
Entre otras sustancias, el fluido lagrimal contiene mucina, que facilita su adherencia a la superficie de la córnea, agua, y ácidos grasos que segregan las glándulas del párpado, y que sirven para evitar que las lágrimas se evaporen y la falta de lubricación produzca lo que se conoce como síndrome de ojo seco, un trastorno muy molesto que hace necesario el empleo continuado de lágrimas artificiales.
Las principales razones por las que derramamos lágrimas, además de mantener la humedad de los ojos o como reacción ante una agresión externa, son las alteraciones del ánimo, especialmente cuando son negativas como la tristeza, el duelo por un ser querido o la ira, aunque también una gran alegría y la empatía –la conexión con los sentimientos de otros– nos pueden hacer llorar.
El efecto beneficioso de llorar
A pesar de que el llanto en los adultos puede tener una connotación negativa al asociarse con la debilidad de carácter, un exceso de sensibilidad, inseguridad, e incluso con la posibilidad de sufrir un trastorno emocional, cuando lloramos a causa del estrés o por alteraciones emocionales intensas liberamos hormonas como adrenalina, noradrenalina y oxitocina, y opiáceos endógenos, lo que nos produce relajación y sensación de bienestar.
Llorar es beneficioso porque actúa como un calmante natural que permite reducir la carga emocional y aumenta la capacidad de ver los problemas desde una perspectiva racional que ayuda a afrontarlos y a encontrar soluciones. Por el contrario, al reprimir el llanto solo se consigue acumular la angustia o la rabia, y al bloquear la expresión de las emociones estas se somatizan y pueden desencadenar trastornos de ansiedad.
Los expertos consideran que expresar nuestros sentimientos a través de las lágrimas es algo normal porque las emociones negativas también forman parte de la vida. Llorar no es una enfermedad, aunque tampoco previene frente al desarrollo de trastornos mentales, por lo que en el caso de que se trate de un llanto desproporcionado o sin motivo, o asociado a otros síntomas como falta de ilusión, angustia, insomnio, pérdida de peso…, es necesario consultar con un especialista.