Hipotiroidismo y alimentación

Hipotiroidismo y alimentación

La glándula tiroides se encuentra alojada en la parte inferior del cartílago tiroideo, en la parte anterior del cuello.

 

Esta pequeña área de nuestra anatomía, que aparece en el desarrollo embrionario entre las semanas 3 y 5, tiene una importancia muy destacada, ya que es la encargada de regular nuestro metabolismo celular. Para ello, la tiroides produce 2 tipos fundamentales de hormonas, la T4 o tiroxina y la T3 o triyodotironina. Estas hormonas influyen en prácticamente la totalidad de órganos de nuestro cuerpo y son necesarias para sintetizar un gran número de proteínas, influyendo además sobre la metabolización de los hidratos de carbono. Por todo ello, juega un papel especialmente importante en la época de crecimiento y desarrollo.

 

 

El hipotiroidismo aparece cuando la producción de las hormonas generadas por la tiroides se ve mermada y por lo tanto es insuficiente para llevar a cabo todas sus funciones de manera correcta.

 

El hipotiroidismo es el causante de una ralentización del metabolismo, que puede desembocar en aumento de peso, estado físico debilitado, hinchazón, dolores musculares o depresión. Los cambios hormonales a los que están expuestas las mujeres a lo largo de su vida, hacen que éstas tengan hasta 10 veces más probabilidades que los hombres de sufrir esta alteración.

 

CAUSA DE LA TIROIDES HIPOACTIVA

La causa más común de hipotiroidismo es por una alteración en el sistema inmunitario, el denominado hipotiroidismo de Hashimoto. Otras causas son:

 

Déficit de yodo en la dieta

Tratamientos de radioterapia

Extirpación de la glándula tiroides.

Nódulos tiroideos

Ingesta de algunos fármacos.

Desarrollo de una infección viral

Se produce una alteración en las glándulas del cerebro encargadas de estimular la tiroides (hipófisis o hipotálamo). Este tipo es denominado hipotiroidismo secundario.

PRINCIPALES SÍNTOMAS

Como he mencionado anteriormente, las hormonas tiroideas están relacionadas con una gran cantidad de zonas de nuestro organismo. Es por ello que los síntomas pueden ser muy variados y manifestarse en zonas diversas, dependiendo de a qué órganos vean afectada su actividad funcional.

 

Entre los síntomas más comunes destacan:

 

Aumento de peso corporal.

Anemia

Estreñimiento

Caída de cabello

Cansancio

En mujeres, ciclos menstruales irregulares

Temblores en las manos

Falta de concentración

Alteración en el desarrollo en niños

El bocio es una de las consecuencias de una tiroides hipoactiva normalmente producido por la deficiencia de yodo en la dieta. Produce un agrandamiento de la tiroides para intentar contrarrestar la poca producción de hormonas tiroideas.

 

DIETA PARA EL HIPOTIROIDISMO

Para que la glándula tiroidea pueda fabricar las hormonas T3 y T4 precisa de yodo. Este mineral se debe obtener a través de los alimentos de nuestra dieta.

 

ALIMENTOS HIPERTIROIDALES O RICOS EN YODO

Un adulto sano necesita ingerir unos 200 mcg de yodo al día. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) el 40% de la población mundial está en riesgo de tener un déficit de este mineral.

 

El yodo es un mineral que se encuentra en el suelo y por lo tanto, en función de la riqueza en yodo de las tierras de cultivo los vegetales que se consuman tendrán mayor o menor cantidad de éste mineral. Otra fuente importante de yodo es el mar, así que recomendaremos consumir alimentos marinos como pescado y marisco. Se aconseja vigilar con el consumo de algas, ya que su contenido en yodo es tan elevado que podría alterar la glándula tiroides. Hoy en día se han aplicado 2 importantes estrategias para evitar la deficiencia de yodo en la dieta. La más importante es la yodación de la sal de mesa (no confundir con la sal marina que pierde el yodo en su elaboración). La otra es administrar piensos enriquecidos a las vacas productoras de leche, por lo que el consumo de lácteos también es una buena fuente de este mineral.

 

OTROS NUTRIENTES A TENER EN CUENTA

Además del yodo hay otros nutrientes importantes para asegurar una correcta producción de T4 y su conversión en T3. Estos son:

 

Zinc: presente en la carne roja, el marisco, el germen de trigo y los frutos secos.

Hierro: presente en todas las carnes y pescados en su forma más biodisponible.

Manganeso: abunda en las nueces, las semillas y los cereales integrales.

Vitamina A: en forma de betacaroteno a través de los vegetales de color verde (acelgas, espinacas), rojo (tomate, pimiento) y naranja (zanahoria, mango, calabaza, moniato).

Selenio: se encuentra en las nueces de Brasil, los cereales integrales, el marisco y los lácteos.

ALIMENTOS BOCIÓGENOS

Hay alimentos de origen vegetal que contienen unos compuestos que pueden provocar bocio y trastornos de la glándula tiroides. Estas sustancias son un tipo de antinutrientes (glucosinolato, tiocianato e isotiocianato) que dificultan el aprovechamiento del yodo por el organismo, impidiendo que se pueda utilizar para fabricar hormonas tiroideas.

 

Los alimentos con antinutrientes bociógenos son principalmente:

 

Crucíferas: col, berza, coles de Bruselas, coliflor, repollo, brócoli.

Nabo, semillas de mostaza.

Yuca.

En menor cantidad: espinacas, zanahoria, rábano.

Nueces, piñones, cacahuetes.

La manera de evitar el efecto bociógeno de los vegetales es consumirlos cocinados o fermentados, de esta manera las sustancias perjudiciales desaparecen y nos quedamos con la parte más saludable de los alimentos. Es importante recalcar que el calor destruye por completo este efecto nocivo y que aunque se sufra de hipotiroidismo no se deben evitar estos alimentos siempre y cuando se consuman cocinados ya que no existe perjuicio para la salud. En el caso de los frutos secos se aconseja tomarlos tostados.

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