Las emociones: estrés, ansiedad, angustia, miedo, pánico, son sensaciones que compartimos con los animales, ellos también las padecen.
Los sentimientos: tristeza, depresión y felicidad, solo pertenecen a la raza humana, los animales se expresan a través de las emociones.
En general, las tres primeras emociones que se van a describir, son lo mismo, solo que un escalón más elevado.
Un aumento progresivo de secreciones de adrenalina.
El miedo y el pánico, un aumento progresivo de Acetilcolina
ESTRÉS
La persona anímicamente está muy motivada, y absorbida por su actividad, necesita hacer las cosas bien y el conseguirlo le resulta gratificante. Prioriza esta actividad ante el resto de las actividades normales que conlleva la vida, como: comer, dormir, relacionarse con el entorno (familia, amigos…), atender a sus necesidades de salud, incluso no plantearse ni siquiera si lo que esta haciendo es realmente tan importante. Y por supuesto no es consciente de su conducta. La negaría si alguien se la hiciera ver.
Esta conducta es la que promueven las empresas a sus trabajadores, subliminalmente y ellos aceptan de forma inconsciente.
ANSIEDAD
Es un estado de ánimo forzado, un escalón más alto que el estrés. En este caso, además de la situación anímica de la persona estresada, es un estado anímico de permanente superación hasta el límite de sus posibilidades, la persona considera imprescindible vivir así para llegar a la misma altura que las otras personas de su entorno. Este razonamiento del ánimo evidentemente va por el subconsciente por lo que:
La persona sometida a ansiedad niega absolutamente la existencia de su ansiedad, exponiendo su cuerpo físico a un funcionamiento forzado, que pronto le pasará factura.
ANGUSTIA
Anímicamente esta persona ve como se le están acabando los recursos, hace esfuerzos sobrehumanos para estar a la altura de lo que él piensa sería socialmente lo normal, su autoestima disminuye a pasos agigantados, al ver que de un momento a otro le pueden fallar los recursos, sociales, físicos o económicos. Sus neuro-transmisores se disparan, su cuerpo no funciona bien. Se encuentra muy vulnerable y la aparición de una enfermedad grave, es cuestión de tiempo.
La persona se encuentra mal, pero no conoce la gravedad del proceso real que está ocurriendo anímica y físicamente en su organismo. Y no se atreve a pedir ayuda. Esta situación puede darse en algunas personas en determinadas situaciones, como: el post parto; padres o madres de familia agobiados; los exámenes; los viajes… etc.
MIEDO
En este momento el organismo sin que se de cuenta la persona cambia de tener una actividad del Sistema Nervioso Simpático (Adrenalina) a que se active el Sistema Nervioso Parasimpático (Acetilcolina). Ahora determinadas funciones se enlentecen, baja el nivel de alerta y pueden llegar a sentirse paralizados, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca disminuyen, el cuerpo le pesa, se es poco eficaz y está en malas condiciones para tomar decisiones. En este estado la persona va perdiendo la capacidad de defenderse.
En esta situación se le pueden desencadenar más fácilmente algún tipo de problemas funcionales, como la diarrea (de ahí la famosa frase: “cagarse de miedo”), aumentan los problemas de vesícula, la ulcera gástrica y la hernia de hiato, el individuo debe procurar salir de esa situación, para ello debe reconocerla tomándose el pulso, y si se tiene una frecuencia cardiaca más baja de lo habitualmente es que estas en este estado ( ejemplo: de 75/pm puedes llegar a 50/pm o incluso a 40/pm, si son más bajas, estas entrando en pánico).
PÁNICO
Es un escalón más arriba que el miedo. La persona está paralizada. El estado de ánimo ha sobrepasado ya el limite de sus posibilidades, escapa a su capacidad de controlar el entorno.
Está ante lo desconocido, ante el abismo. No piensa con claridad, ya no es capaz de valorar la intensidad del problema que tiene delante, por ello su respuesta no es proporcional. Sus esfínteres se relajan por completo, orinándose y defecándose encima. Su pulso desciende vertiginosamente pudiendo llegar a una parada cardiaca.
Se puede esperar de él cualquier reacción, desde una reacción ilógica, hasta el suicidio.
A veces la persona, incluso pueden dar la vuelta a su Sistema Nervioso Vegetativo y pasar del Acetilcolina que este bañado a tener un chute máximo de Adrenalina y crearse una situación de ansiedad máxima y angustia controlada por la Adrenalina que le aporta fuerzas extraordinarias para huir de esa situación con un impulso de supervivencia no voluntario.